El hijo de Bertrand Pascal heredó la casa en 1990 y continuó con el legado de su padre, adoptando audazmente la producción biodinámica en media hectárea de los viñedos. Perseveró durante más de 10 años y con un puñado de enólogos con ideas afines, construyó el camino para lo que posteriormente se convertiría en el movimiento biodinámico en Champagne. Tras la repentina muerte de Pascal, una pareja de estadounidenses, Mark Nunnelly y Denise Dupré adquirieron Leclerc Briant en 2012. Los amantes del arte del arte francés de vivre, se enamoraron de Leclerc Briant, su historia y su filosofía. Tomaron posesión de la casa en sociedad con Frédéric Zeimett, originario de Champagne, con una amplia experiencia en el mundo del buen vino, el cual ahora es el director gerente. Juntos elaboraron una nueva visión para revitalizar el alma de Leclerc Briant y reclamar su lugar como líder en Champagne. El espíritu audaz e inventivo de la familia Leclerc permanece latente en la actualidad, continuando con la tradición de producir vinos biodinámicos, no tanto como un objetivo, sino como un medio para crear champán de la mas alta calidad posible.